（外文电子版资料）Arthur C. Clarke - El Muro de Obscuridad.pdfVIP

EL MURO DE OSCURIDAD Arthur C. Clarke Muchos y extra帽os son los universos que se amontonan como burbujas en la espuma sobre el R铆o del Tiempo. Algunos (muy pocos) se mueven a contracorriente; menos a煤n son los que yacen siempre fuera de su alcance, al margen del futuro y el pasado. El peque帽o cosmos de Shervane no pertenec铆a a estos grupos: su singularidad era de un tipo distinto. S贸lo conten铆a un mundo (el planeta de la raza de Shervane) y una estrella, el gran sol Trilorne, que le daba vida y luz. Shervane nada sab铆a de la noche, pues Trilorne estaba siempre sobre el horizonte, acerc谩ndose a 茅l s贸lo en los largos meses de invierno. Pasadas las fronteras de la Tierra Sombr铆a, hab铆a una zona en la que Trilorne desaparec铆a bajo el borde del mundo, y descend铆a una oscuridad en la que nada pod铆a vivir. Pero incluso entonces la oscuridad no era absoluta, aunque no hubiese estrellas que la aliviasen. Solo en su peque帽o cosmos, volviendo siempre la misma cara hacia su solitario sol, el mundo de Shervane era el 煤ltimo y m谩s extra帽o capricho del Se帽or de los Mundos. Sin embargo, mientras contemplaba las tierras de su Padre, los pensamientos que llenaban la mente de Shervane eran los mismos que los de cualquier ni帽o humano. Sent铆a asombro, curiosidad, un poco de miedo, y sobre todo el anhelo de salir al gran mundo que hab铆a ante 茅l. Ira a煤n demasiado joven para hacer estas cosas, pero la vieja casa estaba sobre la m谩xima elevaci贸n que hab铆a en varios kil贸metros a la redonda, y pod铆a contemplar toda la tierra que un d铆a ser铆a suya. Cuando se volvi贸 hacia el Norte, con Trilorne brillando frente a su cara, pudo ver a varios kil贸metros de distancia la larga hilera de monta帽as que se curvaban hacia la derecha, elev谩ndose cada vez m谩s, hasta desaparecer detr谩s